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DIOS CUIDA DE MI

miércoles, 2 de mayo de 2018

Mateo 18:35

Así también mi Padre celestial hará con vosotros si no perdonáis de todo corazón cada uno a su hermano sus ofensas.

martes, 1 de mayo de 2018

"El Matrimonio"

El matrimonio se define como "la union de un hombre y una mujer con compromiso". Para realizar esta union, necesariamente, tienen que separarse de sus padres y formar tienda aparte. Dentro de sus funciones encontramos: 1. amarse. 2. sustentarse. 3. multiplicarse. 4. llegar a ser una (misma) sola persona. Pueden existir muchas otras funciones, pero, a mi modo de ver, estas son las principales. Si no se aman, esta union deja de tener significado; si no se sustentan el uno al otro, pierden fortaleza y direccion; si no se multiplican, estan destinados a dejar de ser; y si no llegan a ser una misma persona, entonces, estan divididos lo cual los hace blanco facil de las circunstancias...y del diablo.
Todas estas funciones conducen al matrimonio a la felicidad, de modo que, para ser felices, tienen que ocuparse en construirla. Éstos nos enseña que, la felicidad, no se consigue o se encuentra: "Hay que construirla y trabajarla". Ésta, la felicidad, tiene diferentes sellos ya que se diseña conforme las necesidades, deseos y metas de la pareja en cuestion. Cada pareja, se construye su propia felicidad. Ser feliz implica esfuerzo, dedicacion, adaptacion, respeto, consideracion, comprension y correccion.
Todo matrimonio tiene el derecho, legitimo, de ser feliz; pero, solo lo conseguirá si desarrollan un amplio margen de tolerancia poniendo por practica cada uno de los aspectos enumerados mas arriba. Para lograrlo hay que trabajar. No se consigue automaticamente, ni mucho menos, si cada uno de los miembros (marido y mujer) no aporta su cuota sacrificial. Ningunos somos perfectos, y debemos reconocerlo, no en el otro, sino en nosotros; y ser misericordioso con el sufrimiento interior del conyugue, pues, de seguro cada uno se da cuenta de sus fallas, y esto le produce profundo estres y angustia. El orgullo, el egoismo y la incomprension son enemigos letales del matrimonio. Ser orgulloso, egoista e incomprensibles (intoletantes y no perdonadores) nos hace vivir hundidos en una vida pecaminosa. Nos indica cuan ingratos somos, olvidando la obra de Cristo sobre la cruz, donde dio su vida por nosotros, seres perversos apartados de Dios y hundidos en la maldad. Nos separa de la gracia de Dios.
Es imposible, tener un buen matrimonio si, ante todo, le damos la espalda a Dios. Si vivimos sin su temor.
¡Dios te bendiga!