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DIOS CUIDA DE MI

martes, 29 de octubre de 2019

"Un Amor Sin Igual"

El amor que debe manifestar un hombre hacia una mujer y viceversa, debe cimentarse sobre la base del juramento matrimonial que, Dios, estableció desde el principio.
No podemos negar que, en lo mas profundo de nuestro ser, nuestro sentir es permanecer junto al ser querido que hemos escogido como compañero o compañera.
Sin embargo, en la mayoría de los casos, éste sentir y propósito cambia ante la mas mínima manifestación de algún contratiempo, inconveniente o disgusto. ¿Por qué es así? Nos unimos a esa persona que creemos amar, llenos de un sinnúmero de agradables ilusiones y proyectos futuristas, y, ante la mas mínima señal de dificultades, lo primero que pensamos es, en un rompimiento definitivo. Entonces, la pregunta a responder, es: ¿A dónde se fue ese amor que juramos nunca jamás romper o abandonar? ¿Cómo cambió de repente?
La Palabra de Dios afirma que, el único amor que no cambia es el Amor de Dios; porque, es verdadero amor, y porque permanece para siempre (1 Corintios 13:13 Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor) El amor del hombre, del mismo modo en que éste está próximo a perecer por causa de su condición pecaminosa, también perece. Por tanto, cuando el Amor de Dios permanece en nosotros, nunca dejamos de amar a nuestro compañero o compañera, porque no es un amor fundamentado en lo que recibimos de él o ella, sino en el Amor que recibimos de Dios; el cual, nos ayuda en nuestra debilidad. Además, si ante todo, tenemos entre nosotros ferviente amor; este amor, cubrirá multitud de pecados (1 Pedro 4:8) Este amor que cubre todo pecado, es el Amor de Cristo. Procuremos tener en nosotros el Amor de Dios, en febrero, y siempre. 
Dios te bendiga!