DIOS MÍO, DIOS MÍO ¿POR QUÉ ME HAS DESAMPARADO?
El Señor en Getsemaní, oraba al Padre: "Pase de mi esta copa, más no sea mi voluntad sino la tuya". Y dice Lucas que su sudor era como grandes gotas de sangre. El Señor sudó sangre por nosotros.
Pero, ¿Qué significa pase de mi esta copa? Muchos entiende que el Señor no quería pasar por el sufrimiento que se avecinaba, ni quería sufrir la cruz; pero ese no es el significado. Realmente, lo que el Señor no quería era sufrir el abandono del Padre. El Padre tenía que desampararlo porque el Señor tenía que cargar con todos nuestros pecados, de modo que toda la ira de Dios fuese sobre Él.
Así pagaría por nuestras culpas, para que, si creemos en su sacrificio, podamos recibir el perdón de nuestro pecado, la salvación y la vida eterna.
Por eso, llegado ese momento, el Señor clamó: "Dios mío, Dios mío; ¿por qué me has desamparado?" (Salmos 22: 1; Mateo 27: 46) Esa era la copa que tenía que beber, el desamparo del Padre, la cual pidió que pasara.
Gracias a Dios que el Señor bebió la copa de mi pecado.
Ahora, yo puedo decir: "Por gracia salvado soy, por la fe (que es confiar en su entrega y sacrificio); y esto no es mío, sino que es don de Dios. No por obras, para que no pueda gloriarme, sino en la cruz de Cristo". Gracias, Señor.
DIOS LES BENDIGA!
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