El hombre es un ser integral, es decir, es compuesto. Posee
una área tangible y una área intangible. El área tangible está representada por
el cuerpo y su fisiología o funcionamiento. El área intangible está
representada por los sentimientos, emociones, psique o área del pensamiento. Si
embargo, el área intangible está conectada a la tangible por sistemas tangibles
como el sistema nervioso y el endocrinológico,
a través de sustancias hormonales y metabólicas (aminoácidos) y
elementos minerales. De modo que, ambas áreas, mantienen una intercomunicación
estrecha, que, en ocasiones las convierten en indistintas.
Y es, precisamente, el área intangible la que establece la
comunicación efectiva del organismo con el mundo que le rodea, de forma
racional y lógica. Y es que, en el área intangible, se anidan las emociones,
los sentimientos, los pensamientos.
Ambas áreas pueden, y de hecho, se enferman o trastornan.
Cuando alguien no está bien del corazón, busca a un
cardiólogo. Si se siente mal del estómago o los intestinos, va al
gastroenterólogo. Si le duelen los huesos, acude al reumatólogo. Y así por el
estilo.
Pero, si alguien no piensa bien, o vive angustiado, o cree
que todos lo miran, o que lo están persiguiendo, o está abrumado de profundos
temores, o no dura con ningún matrimonio y ya se ha divorciado 3 ó 4 veces, o
no sale de una honda tristeza, o le da con comer todo el tiempo, o no acepta su
cuerpo y otras cosas, o vive intranquilo, hiperquinético, en continuo
movimiento, no se puede contener, o nada le agrada, o vive insatisfecho, o es
intolerable, o no duerme, o cae en cualquier adicción (alcohol, drogas
narcóticas o fármacos, o a la comida o al sexo, etc.), o buscando ser el centro
de atracción en todas partes y lugar, o no controla sus emociones, o no las
puede controlar, o desconoce la realidad y vive soñando, o no sabe hacia donde
va (vive una vida sin rumbo, norte u objetivo), o no permite que le violen sus
derechos independientemente de las consecuencias, o es un enfermo o trastornado
sexual que viola esposa, hijas, sobrinas, vecinas y lo niega y/o se escuda, y no
lo admite bajo ningunas circunstancias, o que es violento, o vago o desanimado,
o intolerante, o que no tiene sentimientos, es fría y calculadora, o vive
embargada por el odio o la ambición, o es antisocial, no cabe con nadie...Ese
grupo de personas no entiende que necesita ayuda. Por consiguiente, no va a
visitar a ningún profesional de la salud, aun cuando todos sabemos que una
persona bajo tales circunstancias se encuentra padeciendo un trastorno
emocional, de personalidad o mental, en el mejor de los casos; ya que puede ser
una enfermedad mental.
Para tratar este grupo de trastornos, existen los
profesionales de la salud mental, emocional o de conducta. Existen los
psiquiatras, psicólogos, terapeutas familiares y sexuales y los especialistas
en salud mental.
Si usted quiere disfrutar de una salud integral, debe
visitar a un profesional de la conducta, la mente o que trate el área
emocional; porque los padecimientos de estas áreas se pueden prevenir o tratar
a tiempo, y que mejor si lo hacemos antes que se agraven o magnifiquen.
Un gran pensador y educador dijo en una ocasión, que:
"de médico, poeta y loco; todos tenemos un poco".
Si tenemos de médico y poeta un poco, no tiene tanta
importancia que tengamos de loco un poco; pero si es importante prestar
atención al poco de locura, antes que sobreabunde. Hasta la próxima.
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