SOBRE EL DIVORCIO Y COSAS SEMEJANTES.

Por tanto, dejará el hombre a su padre y su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne. Por tanto, lo que Dios juntó, no la separe el hombre...Génesis 2: 23, 24; Mateo 19. 3-12 (Santa Biblia)
¿Te divorciaste? ¿Estás separado? Sin números males ocasiona una separación o un divorcio. Traumas, frustraciones, resentimientos, dolor; a veces, odios y renconres. Roturas familiares, disputas, pleitos y desavenencias. Y si hay hijos de por medio la cosa se agrava aún más. Los hijos quedan indecisos, inseguros, traumatizados, frustrados, divididos entre el padre y la madre, atolondrados y aturdidos. Muchos toman el camino del alcohol, las drogas o el sexo irresponsable buscando satisfacer una necesidad y un vacío emocional. Otros caen en un tremendo descontrol que los convierte en personas violentas y antisociales. Un dolor profundo se adueña de ellos, y ya no tienen ilusiones ni metas. Otros caen en la locura y otros adquieren o desarrollan algún trastorno emocional, mental o de personalidad. Se pierde la credibilidad en sí mismo y en los demás; la duda invade nuestro entedimiento, y nuestros razonamientos se convierten en imprecisos e inconfiables. Se nos dificulta, de aquí en lo adelante, el tomar desiciones consideradas en nuestro consciente acertadas 100%. La desconfianza reina en nuestra vida, dentro y fuera de nuestro ser.
Muchos y otros males acontecen cuando ocurre un divorcio o una separación.
¿Te quieres divorciar o separar? Piensalo.
Compartiré más sobre este tema en otra ocasión. Bye.